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gentecorriente

Haciendo calceta

Desde que empecé a trabajar a los 23 años hay algo que logra sacarme de quicio prácticamente todas las semanas un par de veces. Pero ahora que tengo un hijo, me enciende tanto que me dan ganas de asaltar el Ministerio de Igualdad y preguntarles qué coño hacen todo el día que no toman cartas en el asunto. Me refiero al trabajo de las mujeres, me explico.

Lunes 7.30 de la mañana. Estás haciendo un café y la vitrocerámica pega un estallido. Te quedas sin luz. Intentas subir el interruptor pero sigue saltando. En fin. Te cagas en todo, te duchas a oscuras y sales tarde, sin café y con el niño a cuestas a tu recorrido guardería-atasco-oficina. En algún momento en que consigues que el jefe no te vigile ni te oiga llamas a un electricista, en el seguro ni lo intentas, seguro que sólo cubren estallidos si en ese momento entra un elefante y salta encima de la placa. Voy a eludir la parte en que llamas a tres electricistas, todos quedan en pasar y transcurridos 15 días ninguno se ha presentado ni te coge el teléfono. Consigues hablar con un electricista competente. Te dice que se pasará -nunca concretan- y le ruegas que por favor te llame antes. Es inútil, cualquier mañana en torno a las 11 te dice ¿me puedo pasar?. Tratas de explicarle de nuevo que trabajas y tienes que saberlo con más antelación, que no puedes largarte de la oficina cuando a él se le antoje pasarse... buf!. ¿Por qué, por qué, por qué... en este país, todos los técnicos del mundo siguen presuponiendo que las mujeres estamos en casa pierna sobre pierna todo el santo día?

Martes, uno cualquiera, en la Seguridad Social. Has tenido que pedir hora por la mañana porque no hay ningún pediatra de tarde en el centro de salud. La matrona tampoco atiende más que entre las 11 y las 13.30 h! Qué país. Así que has juntado las dos citas en un día, pidiéndolas con varios meses de antelación. Has hecho el pino con las orejas para solucionar todo en la oficina, y a las 13 horas, haciendo un quiebro entre tu jefe, alguna compañera solidaria y un cliente insistente te escapas cagando leches a la guardería del niño. Lo coges a medio comer. Lo metes en el coche y vas con el tiempo pegado al culo. Afortunadamente encuentras sitio para aparcar en la primera vuelta, si no, no habrías llegado. Sacas al niño, montas la silla, cierras el coche y sales corriendo literalmente hacia el centro de salud. La matrona está en un -1 sin ascensor!!!, así que cojes los cerca de 15 kilos del niño más la silla y bajas las escaleras echando los hígados. Llegas justo en hora a la matrona. Respiras antes de entrar y tras 2 minutos, sólo necesitabas un papel que te podía haber dado directamente el médico pero no le ha dado la gana, sales con el papel entre los dientes. Todo va sobre ruedas hasta  que te empiezan a llamar al móvil, tratas de solucionar problemas de tu compañera y varios clientes. Te llama el pediatra, el niño se ha dormido, claro. Te receta un medicamento que tomará durante 8 meses, pero claro sólo te da una receta, el mes que  viene vienes a por otra y así vas echando la mañana, como los jubilados. Hasta que te echen del trabajo.

Ojalá algún día los pijimierdas de los médicos y las estirafuncionarias de muchas enfermeras o administrativas del sector sanitario entiendan y se enteren de una puta vez que las mujeres en este santo país, las de mi generación, trabajamos, coño. Y no podemos estar todas las mañanas a la hora que a cada uno se le antoje haciendo cola para suplicarles una receta. Es más, no solo trabajamos, sino que COTIZAMOS, cosa que las amas de casa, profesión muy respetable y cuyo trabajo debería tener una remuneración, sin duda, no hacen. Así que... ¿por qué una mujer con disponibilidad horaria total que no cotiza goza de una mejor asistencia sanitaria que yo? Trini, contesta. Aido, toma nota.

Da igual a dónde vayas, al dentista, al taller del coche, al médico, pero especialmente, al Ayuntamiento, a la Xunta, a cualquier organismo oficial, siempre, todo, será en un escueto horario de mañana, presuponiendo, asquerosa e injustamente que las mujeres estamos toda la mañana en casa haciendo calceta. O no?

 

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