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gentecorriente

El color de las elecciones

Faltan dos meses escasos para las elecciones autonómicas gallegas y vascas y el ambiente se ha ido cargando paulatinamente. Se respira esa atmósfera enrarecida típica de todas las etapas preelectorales en las que nada es lo que parece, al ciudadano se le satura de mensajes y los políticos se agarran a la silla por lo que pueda pasar.

Lo primero que llama la atención es la utilización de los colores. El azul, que tradicionalmente se unió a la derecha y siempre había sido usado por el PP, ha sido adoptado por el BNG desde las elecciones de 2005. He leído que entre gente poco asidua de los medios de comunicación el color y tipo de foto eran la guía para elegir candidato. Es posible que los nacionalistas quisieran por un lado tratar de suavizar su mensaje y por otro jugar al despiste al poner a Anxo Quintana sobre un fondo azul y con letras del mismo color que usa el PP en su propaganda electoral. El PSOE sin embargo ha seguido fiel al rojo y el PP, ya en las últimas elecciones generales ha comenzado a coquetear con el rojo coincidiendo con un muy programado giro al centro que no deja de tener su gracia. Por terminar con el tema de los colores hay que destacar el gesto de Rosa Díez de entrar con un luminoso color rosa en su partido UPyD en las elecciones de 2008. Este atrevimiento cromático ha puesto una nota de color y esperanza en el aburrimiento colorístico electoral. Así, si no aparecen líderes nuevos al menos removemos un poco la gama cromática.

Otro tema que no tiene desperdicio son los eslóganes. Por un lado tenemos a Feijo009, que ha sido el hazmerreir al coincidir la precampaña con la pelea política, con espías de por medio, entre Gallardón y Esperanza, Esperanza y Gallardón, ante un débil y poco carismático Rajoy. Después está Anxo Quintana que, quizá nublado por la carambola electoral que lo puso en el poder en las anteriores elecciones, aún a pesar de haber sido el menos votado, arranca con el eslógan "Eu son Anxo Quintana" y caracterizado como un gladiador romano. Es efectista, desde luego, pero un poco pretencioso para su escasa base social. Y luego está el inmenso Touriño, a quien sus publicistas han engañado este año con la campaña "O Presidente", más propia de Fraga en sus horas bajas que de un débil dirigente que no ha conseguido nada para Galicia en toda la legislatura, hasta la semana pasada, que empezaron las rebajas preelectorales. En fin, un exceso de egocentrismo que ojalá haga reflexionar a los ciudadanos sensatos de a pie.

No sé aún a quien votaré en estas elecciones ni si votaré. Pero personalmente creo que hoy en día no hay una opción  política seria en nuestro país, no hay decencia democrática ni siquiera un mínimo de sentido común y solidaridad con el tremendo efecto de la crisis en tantas y tantos ciudadanos. Es una auténtica vergüenza que nos estemos enterando ahora de cuestiones que el PP debió denunciar hace mucho tiempo, y no ahora como ganancia del río revuelto electoral, y me refiero al precio del cuarto coche de Touriño, un Audi A8 de 430.000 euros, más caro que el Cadillac de Obama, o las oposiciones convocadas por las consellerías del BNG para dejar a salvo a todos sus acólitos por si las moscas.

Lo dicho, en la política nacional y autonómica, falta humanidad, falta decencia, falta sentido común y sobra egocentrismo.

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