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Machismo en "aido"

Fue en otoño. Estaba embarazada de ocho meses. Debido a mi trabajo profesional tuve que organizar la asistencia de mi empresa a una feria en Madrid. Precisamente en esta etapa de mi vida fue cuando comencé a darme cuenta de que no hay tanta sensibilidad social con las mujeres gestantes como yo pensaba, pero descubrí que no es tanto por esperar un hijo como por ser mujeres.

Había cogido un avión a las 6 de la mañana, es decir, que me había levantado a las 5. Cuando llegué a la feria aún estaban montando las estructuras más básicas, por lo que traté de recopilar mi material y esperé durante horas en un pasillo -concretamente hasta las 19 horas-. Precisamente a esa hora estaba ya tan reventada por el madrugón y mi condición física provisional que me daba la risa.

Desde la empresa organizaron todo con la mensajería para que yo no tuviera que cargar ninguna caja ni peso alguno. El palacio de congresos donde se celebraba la feria se caracteriza por un funcionamiento nefasto en todos los sentidos, esto es conocido de sobra por todo aquel que haya acudido alguna vez al recinto.

Cuando llegó la noche yo aún no tenía mi material ni mis cajas así que, agotada, me marché a casa. Al día siguiente fui dos horas más temprano de lo normal para buscar las dichosas cajas, la empresa de mensajería me confirmó que no se las habían dejado llevar hasta el stand, por lo que las dejaron en un almacén en el otro extremo del edificio.

Me dirigí al guardia de seguridad de la puerta del palacio de congresos y le pedí explicaciones. Era gordo, bajito, con bigote... no se me olvidará jamás su cara. Traté de hacerle entender que necesitaba que el mensajero hubiera llevado las cajas hasta mi departamento. Me miró de arriba abajo, demostrando que era mucho más amplio su ángulo visual que sus entendederas, y dijo "Si usted fuera mi mujer yo le diría, chst!, a casa". Y señaló hacia la puerta.

Esto es machismo, Aido, apunta. Y este tipo de actitudes que están tan caladas en los calvicortos y orondos machos ibéricos, ésos que no han rascado bola en su vida y aún quieren evitar a toda costa que con nuestra profesionalidad les comamos la sopa, este tipo de actitudes, digo, son las que hacen que una tenga que trabajar por dos para equivaler a un hombre, mandar por dos, y valer, en definitiva, por dos, para cobrar por medio en este raro país que llamamos España.

Las hadas existen

Mika y Anna-Lena son dos niños alemanes de apenas 6 y 7 años, hijos de anteriores matrimonios de sus padres. En medio del frío invierno alemán, fueron noticia estas navidades protagonizando una aventura sin precedentes. Ambos declararon estar enamorados, por lo que una noche, huyeron juntos de casa para ir a casarse a África, donde hace más calor. Para que el matrimonio fuera válido, decidieron llevarse a su hermana Anna-Bell, de cinco años, para que hiciera de testigo.

Mientras sus padres dormían, metieron en su pequeña maleta unas gafas de sol, algo de comida y los bañadores y salieron de casa para dirigirse al aeropuerto. Cuando se encontraban en el andén para coger un tren a la policía le llamó la atención la escena por lo que preguntaron a los niños a dónde se dirigían. Estos les explicaron sus planes, Mika les dijo que pensaban sacar las cosas de verano al llegar a África para pasear bajo el sol. Cuando les preguntaron por qué no habían avisado a sus padres dijeron que no pensaban ausentarse mucho tiempo.

La policía le explicó a los niños que no llegarían muy lejos sin dinero ni billetes de avión, por lo que llamaron a los padres y les hicieron una visita guiada por la comisaría.

Al leer su historia Mika y Anna-Lenna han despertado una cierta envidia sana en mí. Ojalá nunca perdamos esta inocencia y este empuje para pensar que todos los sueños pueden hacerse realidad. Después de esto, yo estoy dispuesta a volver a creer cualquier cosa, incluso que las hadas existen.

El color de las elecciones

Faltan dos meses escasos para las elecciones autonómicas gallegas y vascas y el ambiente se ha ido cargando paulatinamente. Se respira esa atmósfera enrarecida típica de todas las etapas preelectorales en las que nada es lo que parece, al ciudadano se le satura de mensajes y los políticos se agarran a la silla por lo que pueda pasar.

Lo primero que llama la atención es la utilización de los colores. El azul, que tradicionalmente se unió a la derecha y siempre había sido usado por el PP, ha sido adoptado por el BNG desde las elecciones de 2005. He leído que entre gente poco asidua de los medios de comunicación el color y tipo de foto eran la guía para elegir candidato. Es posible que los nacionalistas quisieran por un lado tratar de suavizar su mensaje y por otro jugar al despiste al poner a Anxo Quintana sobre un fondo azul y con letras del mismo color que usa el PP en su propaganda electoral. El PSOE sin embargo ha seguido fiel al rojo y el PP, ya en las últimas elecciones generales ha comenzado a coquetear con el rojo coincidiendo con un muy programado giro al centro que no deja de tener su gracia. Por terminar con el tema de los colores hay que destacar el gesto de Rosa Díez de entrar con un luminoso color rosa en su partido UPyD en las elecciones de 2008. Este atrevimiento cromático ha puesto una nota de color y esperanza en el aburrimiento colorístico electoral. Así, si no aparecen líderes nuevos al menos removemos un poco la gama cromática.

Otro tema que no tiene desperdicio son los eslóganes. Por un lado tenemos a Feijo009, que ha sido el hazmerreir al coincidir la precampaña con la pelea política, con espías de por medio, entre Gallardón y Esperanza, Esperanza y Gallardón, ante un débil y poco carismático Rajoy. Después está Anxo Quintana que, quizá nublado por la carambola electoral que lo puso en el poder en las anteriores elecciones, aún a pesar de haber sido el menos votado, arranca con el eslógan "Eu son Anxo Quintana" y caracterizado como un gladiador romano. Es efectista, desde luego, pero un poco pretencioso para su escasa base social. Y luego está el inmenso Touriño, a quien sus publicistas han engañado este año con la campaña "O Presidente", más propia de Fraga en sus horas bajas que de un débil dirigente que no ha conseguido nada para Galicia en toda la legislatura, hasta la semana pasada, que empezaron las rebajas preelectorales. En fin, un exceso de egocentrismo que ojalá haga reflexionar a los ciudadanos sensatos de a pie.

No sé aún a quien votaré en estas elecciones ni si votaré. Pero personalmente creo que hoy en día no hay una opción  política seria en nuestro país, no hay decencia democrática ni siquiera un mínimo de sentido común y solidaridad con el tremendo efecto de la crisis en tantas y tantos ciudadanos. Es una auténtica vergüenza que nos estemos enterando ahora de cuestiones que el PP debió denunciar hace mucho tiempo, y no ahora como ganancia del río revuelto electoral, y me refiero al precio del cuarto coche de Touriño, un Audi A8 de 430.000 euros, más caro que el Cadillac de Obama, o las oposiciones convocadas por las consellerías del BNG para dejar a salvo a todos sus acólitos por si las moscas.

Lo dicho, en la política nacional y autonómica, falta humanidad, falta decencia, falta sentido común y sobra egocentrismo.

Historias repetidas

Se llaman Laura, María o Virma pero sus historias son prácticamente idénticas. El 27 de febrero de 2008 se vivió una jornada negra en España, cuatro, nada menos que cuatro, fueron las mujeres muertas a manos de sus parejas o ex parejas como consecuencia de lo que hoy por hoy denominamos violencia machista. Como consumaron su crimen, sus agresores están ahora en la cárcel, pero ¿qué hay de todas las mujeres que en este momento están sufriendo el maltrato, que llevan años viviendo en el miedo? Algunas han denunciado, otras no, pero a veces parece que el macabro sistema social es esperar a que la historia se repita para detener al agresor. ¿Es real el apoyo a las víctimas?

La difunta campaña electoral ha sido un rosario de promesas, una ristra de cifras y, en algunas ocasiones, un cúmulo de mentiras. La sociedad ha avanzado mucho, hoy se habla de los maltratadores sin piedad, se homenajea y apoya a esas valientes que han denunciado y rehecho su vida, y también se llora públicamente a las que han muerto a manos de sus maltratadores.

 

Se han tomado medidas, se han creado organismos, se han buscado apoyos, se han hecho muchas campañas. Todo eso funciona, pero hay asignaturas pendientes, porque sino no llevaríamos 16 víctimas en estos tres meses que han transcurrido del año.

Al margen de las discusiones que ha generado en esta última campaña, la Ley está ahí pero ¿están formados los jueces para valorar y juzgar este tipo de casos, en los que el machismo juega un papel fundamental?, ¿están formados y comprometidos los abogados para llevar estos casos?, ¿está formada y dotada la policía para defender a las víctimas de sus agresores?, ¿hay suficientes recursos sociales para asesorar y apoyar a estas mujeres?

El maltratador

El maltratador no es un señor con pinta de malo, sino que puede ser tu vecino, tu primo o el que te vende el pan. Una persona de apariencia normal y a veces incluso sospechosamente amable. Hablemos claro, puede ser hombre o mujer, pero las cifras cantan y suele ser hombre.

En rasgos generales los psicólogos suelen destacar los siguientes aspectos:

  • Considera a su mujer como una posesión suya, y no como una persona con vida independiente.
  • Puede tener una actitud muy arrogante y parecer que se come el mundo pero en el fondo es tremendamente inseguro y posee muy baja autoestima.
  • Se siente fracasado y no soporta sentirse en desventaja, y compensa todo esto con la violencia.
  • Suele ser celoso y manipulador. Nunca reconoce sus errores.
  • Vigila y controla en extremo a todos los miembros de la familia.
  • Basa su sexualidad en el poder del hombre y la sumisión de la mujer.
  • Se comporta de una manera totalmente diferente en su vida pública que en su vida privada.
  • Desautoriza constantemente a su pareja delante de los hijos o la familia.
  • Justifica su conducta en la provocación de la víctima.
  • Su poder autoritario y controlador sobre la familia abarca todos los aspectos de la vida: económicos, educativos, legales, decisiones personales, etc.
  • Aspira con la violencia a tener un control absoluto de su víctima, reforzándose con cada acto de violencia.

La violencia

La violencia puede ser física, psíquica, sexual, social y económica. Es frecuente que en el maltrato se combinen artísticamente todos estos tipos de violencia.

  • La violencia física es la más llamativa y también la más evidente. Hoy por hoy, hay mecanismos para detectarla, incluso cuando la mujer miente al médico para encubrir a su cónyuge, y éste es sin duda un gran paso para erradicar este tipo de violencia.
  • La violencia económica es cada vez menos posible, ya que afortunadamente el porcentaje de mujeres que son autosuficientes económicamente gracias a su empleo fuera del hogar crece cada día. El problema es que algunas de las víctimas renuncian a trabajar fuera del hogar de forma voluntaria pero condicionada, o de forma obligada, como parte de ese maquiavélico plan de dominio por parte del agresor.
  • La violencia social es la menos evidente, pero seguro que todos hemos conocido casos de mujeres que se van aislando de su entorno animadas por su pareja, se enemistan con su familia, o se desvinculan totalmente de su grupo de amigas y amigos. Esta violencia, es el principal aliado del agresor, cuanto más sóla esté la víctima menos se oirá su voz cuando pida auxilio.
  • La violencia sexual consiste en imponer a la mujer una relación sexual contra su total o parcial voluntad. Es fácil que la víctima ceda por miedo, y esta es otra baza del agresor.
  • La violencia psicológica. Ésta merecería un capítulo aparte, no sólo por la premeditación que implica sino por sus devastadoras consecuencias y lo dífícilmente demostrable que es para la víctima ante un juez no formado en la materia. La razón es obvia… ¿cómo demuestra una mujer que lleva años oyendo a su pareja llamarla inútil, diciéndole que no sabe hacer nada, que es la culpable de todos los problemas, que la va a matar, etc.? Pues lo cierto es que es prácticamente imposible, y o los jueces conocen bien los perfiles de maltratador y víctima o lo más probable es que estemos ante la palabra de una mujer desesperada, aterrorizada y psicológicamente destrozada frente a un hombre aparentemente normal. Hay otro elemento paradógico en este tipo de maltrato, y es que probablemente es el único al que hemos asistido a través de algún amigo, vecino, familiar, etc. sin atrevernos a decir ni una palabra, quizá por no querer intervenir en lo que podría parecer una discusión de pareja.

La víctima

Los expertos aseguran que todos podríamos llegar a ser víctimas, aunque tras el maltrato éstas presenten unos rasgos comunes.

  • Persona sometida a la voluntad de un hombre, y que ha adoptado en la pareja un rol totalmente pasivo.
  • Tiene un concepto del amor que la lleva al sacrificio y a la dependencia a su pareja.
  • Permanece silenciosa o animada si la pareja está presente.
  • Posee sentimientos tanto de amor como de odio por su maltratador.
  • Sobrevalora el rol masculino y su importancia en la familia.
  • Suele tener una salud delicada, muchas veces fruto de la somatización de la situación de maltrato que está viviendo.

Se habla de dos tipos de mujeres maltratadas, las que han sido educadas con demasiadas responsabilidades para las propias de su edad y las que han estado sobreprotegidas y han salido de su casa sólo bajo el paraguas de un nuevo protector.

Medidas urgentes

Es necesaria una concienciación e implicación social que no baje en ningún momento la guardia para combatir la violencia machista. El gobierno puso en marcha recientemente el 016 como teléfono para denunciar este tipo de agresiones, su lema es precisamente “No esperes a oír esta señal”, aludiendo al sonido de un aparato que registra los latidos del corazón. Es una gran verdad, porque lo triste es que sabemos cómo acabarán las historias de violencia machista si no las atajamos a tiempo, y la prensa nos muestra cada día historias repetidas.

Hace falta una implicación social del cien por cien. Más recursos para investigar estos delitos, que no tengan que aportar las pruebas las víctimas, que no están psicológicamente preparadas para afrontar una investigación y tienen miedo. Más recursos para que realmente tengan un buen asesoramiento jurídico, más ayuda a su alcance y una protección real y eficaz. Más jueces capacitados: no se puede juzgar un maltrato como se juzga el robo de una barra de pan. Y es que luego vemos casos como el de una mujer de Vigo que mostraba hace unos días videos de su ex marido destrozando sistemáticamente su coche y el juez no los aceptaba como prueba. Más educación, para que los niños crezcan concienciados frente a este tipo de violencia. Más seguridad para las víctimas, que sientan que por muchos años que hayan tardado en armarse de valor para denunciar, los delitos no van a prescribir, y siempre merece la pena salvar una vida.

 

 

Destacado: Teléfono de Información para víctimas de la violencia de género 016 o en internet www.telefono016.com

Gastar por gastar

No sé bien en qué momento de mi vida empecé a aborrecer la acumulación de cosas materiales. De este modo, intento no comprar algo nuevo si no lo necesito, esa austeridad desearía verla también a mi alrededor, pero es difícil.

En A Coruña últimamente han decido cambiar las aceras, eso sí, sólo las del centro, los que vivimos en los barrios por lo que se ve no pagamos impuestos. Así que coincidiendo con la etapa navideña numerosos operarios han puesto 20 ó 30 calles patas arriba, para sustituir unas aceras que estaban en perfecto estado -las de toda la vida- por otras de piedra muy bonitas pero seguro que mucho más caras. Todo esto en una época de crisis y mucho antes de abordar otro tipo de gastos sociales desde mi punto de vista más apremiantes como por ejemplo guarderías o infraestructuras para arreglar un poco el caos de tráfico. No hay que olvidar que las multas no son la única solución eficaz.

Cada día hay una calle nueva totalmente ocupada por escavadoras, camionetas de todo tipo, palés de losetas, sacos de cemento, etc. Además de la zanja de rigor, se ocupan metros y metros como almacén de material, como total cortar calles es gratuito: se llama a la policía se ponen un par de señales y a correr... El resultado es un caos de tráfico tremendo, aparcar ya es imposible y para atravesar una calle tienes que armarte de valor, porque aunque están delimitadas las zonas de peatones con vallas o conos tienes la sensación de irte jugando la vida a cada momento. Otra característica de las obras en mi ciudad es que parece que nunca se acaban, y si se acaban no pasan ni dos meses y vuelve a estar la zanja abierta por cualquier motivo.

Cuando me jubile tendré tiempo para observar las obras y, en vez de jurar en arameo como hago ahora, me dedicaré a llevar un control exhaustivo de las veces que tenemos las calles patas arriba.

Desde el sentido común

Desde el sentido común

La razón de que esté aquí sentada escribiendo mi blog se llama Roberto, tiene 3 semanas de vida y pesó 3,8 kg al nacer. Durante 9 meses le llevé conmigo a todas partes, manteniendo una actividad desbordante. Ahora me obliga a estar mucho tiempo en casa, y limita todos mis movimientos, así que es una ocasión inmejorable para empezar un blog, cosa que tenía ganas de hacer desde hace mucho, muchísimo, tiempo.

El motivo principal que inspira esta tarea es la recuperación del sentido común. Yo lo tengo muy desarrollado, desde siempre, que yo recuerde, y mi lucha con la vida -una vida completamente normal, por otro lado- ha estado llena de contradicciones. Estas contradicciones nacen de la ausencia que veo de sentido común en tantos ámbitos de este mundo: la justicia, la política, las instituciones, las personas, etc.

Cualquiera puede detectar esta ausencia de sentido común, solo hay que pararse un momento, ver las cosas desde otro prisma y, en mi caso, desesperarse un poco.

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